x ell@s      Nuestra presencia entre las mujeres del barrio   

 

    En el centro del barrio, en la plaza, sobre la misma tierra en la que habían levantado sus casas bajas cuando llegaron, desde diferentes puntos de España, buscando horizontes de vida, la figura de la mujer de Orcasitas preside la vida del barrio.

    ¿Como expresar la rica experiencia vivida durante 30 años, compartiendo la vida con los vecinos, sobre todo con las mujeres, a las que acompañamos en su caminar?

  La plasticidad del monumento a la mujer de Orcasitas, nos recuerda las condiciones de vida de aquéllas primeras mujeres, columna vertebral de la familia, enfrentadas con coraje a la situación de su entorno familiar (sin luz, sin agua, rodeadas de barro...) limpiado en las casas para completar el escaso salario del marido.

   La contribución de las mujeres ha sido decisiva en la lucha por construir un barrio digno, asumiendo responsabilidades en la A. de Vecinos, y potenciando reuniones entre nosotras hasta constituir nuestra propia A. de Mujeres, como un lugar de encuentro donde compartir, ser nosotras mismas, con nuestros valores, ideas, gustos, inquietudes...

    En ella realizamos múltiples actividades que, en principio, ofrecen la oportunidad de salir de la casa, abrir el horizonte, e incorporarnos, aunque lentamente, al ámbito social, en paridad con los hombres...   

    En algunos casos de mujeres víctimas de violencia doméstica, nuestro acompañamiento les ha aportado un gran apoyo.

    Pero son muchas las que aún no han entrado en este proceso de avance, por lo que el reto continúa. Por otra parte las más jóvenes se van incorporando a las tareas y siguen en la lucha por conquistar espacios de libertad e igualdad.

    Este largo recorrido junto a las mujeres del barrio, lo vivimos como una gran oportunidad para ver la vida desde una perspectiva en la que se reafirma la capacidad de engendrar vida, la acogida amorosa, el servicio y esa fortaleza y constancia ante los retos que van surgiendo, lo que nos hace sentirnos evangelizadas por ellas, y constatar que el Reino de Dios se va realizando donde se propicia el crecimiento de los valores humanos, hechos vida en personas concretas.